> Qué es el Taller RadioLAB

La idea del Taller RadioLAB > inventando la radio del siglo 22 se gestó una vez finalizado el proyecto radiofónico de La serrería digital, llevado adelante por Patricia Horrillo y Santiago García Gago en Medialab Prado entre septiembre y diciembre de 2017. LSD fue un podcast semanal de media hora de duración emitido por M21 Radio, la emisora municipal de Madrid, en el que se trataba de dar a conocer la actividad de Medialab Prado desde una mirada cercana y divulgativa.

Tras esta primera experiencia radial, la pregunta que surgió fue ¿por qué no aprovechar el espacio para innovar también con la radio?

Y, ¿por qué la radio? La radio sigue teniendo vigencia pese a que Internet va fagocitando a todos los medios. Mientras los periódicos de papel pierden cada vez más lectores frente a sus versiones digitales y las televisiones tradicionales ven cómo sus audiencias migran a plataformas de pago online​, la radio sigue aguantando. Las TIC han facilitado la producción de radio con costes relativamente bajos lo que ha dado lugar a una regeneración de este medio: un dial infinito donde transmiten miles de nuevas emisoras de radio por Internet o plataformas que agrupan millones de podcasts.

El auge de los audiolibros nos da una idea del alcance y la necesidad de formatos sonoros para disfrutar de contenidos cuando estamos en movimiento: viajando en el tren, caminando por la calle… Pero, a pesar de este auge, la producción se mantiene apegada a los formatos tradicionales. La inquietud, en el momento en el que surgió la idea, fue si podríamos crear nuevas narrativas radiofónicas y cómo serían. La respuesta que nos dimos fue «tenemos que atrevernos a experimentar».

Por eso, en lugar de plantear un taller al uso en el que ofreciéramos formación en herramientas técnicas, de locución o de desarrollo de guión para crear programas de radio, pensamos que era necesario romper con la idea tradicional de este medio. Y, para que realmente fuera un proceso colectivo de aprendizaje transformador, propusimos un punto de partida alejado del aquí y el ahora: nos quisimos ir al futuro y, desde allí, invitar a crear un nuevo modelo de radio.

Con estos argumentos propusimos la idea al Laboratorio AVLab, el espacio de experimentación audiovisual de Medialab Prado, para abrir una convocatoria en la que seleccionar una serie de proyectos innovadores, que tuvieran posibilidades creativas y la apertura suficiente para crear nuevas propuestas radiofónicas. El objetivo no era desarrollar programas durante esas jornadas sino plantear prototipos sin los límites tecnológicos o creativos del momento presente y, viendo en cada caso, las posibilidades de desarrollo real de esos prototipos a posteriori con los recursos disponibles actualmente.



> Cómo se comunicó RadioLAB

El día 2 de abril de 2019 lanzamos la convocatoria de proyectos a través de la web de Medialab Prado y de sus boletines y redes sociales. Queríamos llegar a personas y colectivos diversos, no necesariamente vinculados al mundo de la radio, que estuvieran interesados en repensar con nosotras este medio. En ese artículo ya exponíamos parte del carácter experimental de la propuesta y anunciábamos dos encuentros informales previos al cierre de la convocatoria para orientar a quienes quisieran participar pero no supieran bien cómo aterrizar las ideas que tenían. 

En esas dos sesiones, a las que acudieron 12 personas, ya nos dimos cuenta de la dificultad para lanzar ideas que no se encuentren dentro de un marco determinado de planteamiento. Para recolocar esos puntos de partida, les lanzábamos preguntas para ayudarles a repensar desde otro lugar:

¿Por qué hablamos de podcasts si lo mismo en el futuro no existe esa tecnología sino otra? ¿Por qué no imaginamos nuevos usos de lo radiofónico en un contexto en el que tenemos la libertad para inventarnos todo? ¿Por qué no pensamos que el turismo en el siglo 22, en lugar de ser a un lugar de la Tierra no es a otro planeta o al interior de un organismo vivo?


Finalmente, se recibieron 12 propuestas, de las que elegimos la mitad guiados por los criterios expuestos. Nos llamó la atención, por ejemplo, que dos propuestas eran montajes muy concretos de arte sonoro que prácticamente buscaban espacio para exponerse. Pero, con esas ideas tan cerradas y definidas, era complicado generar propuestas creativas. Así que elegimos las seis más abiertas e integradoras que fueron:

  1. A day in life impulsado por Francisco Javier Vilchez Martos
  2. Radio cómic en la calle impulsado por Cristina Robles Ruiz
  3. Radio Micelio (la radio sin estudio) impulsado por Juan Carlos Ruiz González
  4. Sintonizando… siglo 22 impulsado por Irene López Maquieira
  5. Radio Búho impulsado por Cecilia Osorio
  6. Universonora impulsado por Jorge Resina

Una vez publicados los proyectos seleccionados, abrimos la convocatoria de colaboradoras para que cualquier persona pudiera sumarse a alguna de las seis propuestas. El objetivo era conseguir equipos multidisciplinares que ayudaran a aterrizar esas ideas de forma libre y creativa. Y ayudarles a pensar que, desde esa flexibilidad, se podría partir de un punto de origen (la idea inicial de la impulsora) y llegar a otra propuesta distinta. No importaba el «producto» final ya que el peso lo situamos en el proceso creativo y lo máximo que se iba a elaborar era un prototipo.


> Cómo se diseñó el taller

Teníamos claro que, para desarrollar proyectos creativos de una forma colectiva, era fundamental que el grupo se integrara desde el primer momento. Y no sólo el grupo conformado por la impulsora y sus colaboradoras, sino el grupo completo que asistiera al taller. Porque si esta integración grupal existe es más sencillo retroalimentarse globalmente y enriquecer los seis proyectos con muchas más ideas. Para lograr este objetivo queríamos introducir otro tipo de dinámicas (“entrenamientos”) que favorecieran la interacción. Pero no sólo con dinámicas de inicio para favorecer el conocimiento interpersonal, sino ejercicios integrados plenamente en la metodología y con un sentido de continuidad con el resto de las actividades.

Para eso contamos en el equipo con Raquel Racionero, experta en desarrollo grupal y metodologías participativas a través de herramientas de creatividad colectiva. El grupo de capacitadoras se completó con Patricia Horrillo y Santiago García que le aportaron el perfil más radiofónico. La metodología del taller se fue construyendo de forma conjunta desde un inicio combinando aspectos más lúdicos, con otros más radiofónicos, ejercicios para facilitar la expresividad, otros para reconocer y aceptar las ideas externas que enriquecen nuestros proyectos… Todo aderezado con tres charlas de expertas radialistas que aportaron desde su propia experiencia nuevas ideas para los seis proyectos. Un enfoque de taller multidisciplinar que traspasa las fronteras teórico-prácticas de la radio con la pretensión de generar un universo creativo común.


> Cómo fue la evolución del taller

Como toda agenda metodológica, la de RadioLAB también sufrió los ajustes necesarios para adaptarse al grupo y al propio ritmo que fue tomando el taller. Inicialmente, los dos primeros días, la agenda se mantuvo bastante fiel a la planificación inicial, pero luego sentimos la necesidad de ampliar el tiempo de trabajo en grupos para diseñar los prototipos. 

Creemos que, a nivel de planificación del taller, nos faltó hacer un quiebre más evidente entre el “prototipo futuro” y la que sería su adaptación para el presente. Quizás utilizando antes la metáfora de la Ciencia Ficción hubiera sido más clara la explicación. Es decir, en este terreno podemos inventar una historia que, aunque sepamos que no puede ser cierta, la imaginamos con total verosimilitud. Esta indicación no quedó del todo clara antes de iniciar el prototipado y hubo temores de imaginar demasiado y luego no poder aplicarlo a un “prototipo real”.


> Dificultades en la consecución de objetivos del taller

Aunque sabemos de las limitaciones para cobrar por estos talleres en Medialab Prado, creemos que sería interesante buscar alguna forma  de presionar en la obligatoriedad de la asistencia, quizás ofreciendo algún tipo de “certificado oficial” a quienes asistan a un 85% del taller, por ejemplo. Porque las faltas, las idas y venidas, repercuten mucho en el ritmo de trabajo del taller y, aunque en un grupo muy grande que falten algunas personas podría ser meramente anecdótico, en este caso hubo algún equipo que se quedó casi sin participantes lo que afectó directamente en el desarrollo del proyecto.

Pensamos también que una de las dificultades mayores que afrontamos en RadioLAB se refiere a lo apuntado anteriormente sobre la necesidad de clarificar más todavía los objetivos del taller. Estamos inmersas en un sistema muy productivista de talleres en el que la adquisición de competencias digitales está muy por delante de otro tipo de aprendizajes. Por lo tanto, la forma de explicar tanto los objetivos como los resultados que se esperan obtener deben estar lo más claros posibles entre todas las participantes.

También cuesta bastante salirse de la zona de confort y atreverse a crear sin limitaciones. El proceso educativo nos capacita para la obtención de resultados por lo que, cuando nos dicen que no hace falta lograr algo realizable o tangible, sino que la enseñanza está en el mismo proceso creativo, muchas personas se bloquean. Y cuatro días son muy pocos para desestructurar tantos años de formación reglada.

Esto lo experimentamos con la maquetación de los prototipos. Entregamos plastilinas, legos y diversos materiales de manualidades para que los equipos crearan su maqueta de forma material, para darle forma real y tangible a sus ideas o conceptos. Estas actividades se han realizado con éxito en otros talleres. De hecho, Lego tiene su propia metodología certificada “Lego Serious Play (LSP)” centrada en el desarrollo de múltiples inteligencias y dimensiones de los participantes. Pero, ciertamente, costó mucho entusiasmar al grupo con este ejercicio y sentimos que no había supuesto una ayuda sino que para muchas participantes supuso un cierto freno.

A pesar de las dificultades de lanzarse a esta especie de vacío, finalmente se atrevieron a experimentar con los límites de la creatividad radiofónica logrando presentar seis prototipos muy imaginativos, algunos de los cuales, con pequeños ajustes, podrían integrar la parrilla de cualquier radio actual.


> Logros del taller

El objetivo de cohesión de grupo y la aptitud de aportar y recibir propuestas tomó vida durante el taller. Las dinámicas de interacción previas a los tiempos de desarrollo de prototipos ayudaron a la comunicación, la percepción y la puesta en común de los diferentes puntos de vista entre los equipos por proyecto y el espíritu de equipo del grupo global, algo que también queríamos que tuviera valor.

La incorporación del ingrediente creativo al proceso, propiciado con tiempos y dinámicas específicas, además de la narrativa de una historia futurista que contextualizó el taller, proporcionaron un ambiente lúdico, imaginativo y liberador. Se propuso un viaje al futuro, un viaje al conocimiento por procedimientos menos habituales para facilitar respuestas diferentes e innovadoras.

Este proceso creativo e innovador pasó por fases clásicas: desde un principio de falta de concreción al lanzarse a imaginar cosas nuevas, algo que hubo que trabajar para que no se confundiera lo “no conocido” con “no imaginado”; a fases de inseguridad que este tipo de procesos genera, al no poder agarrarse a lo ya controlado. Todo fue evolucionando a través del acompañamiento de mentorías y las dinámicas o entrenamientos creativos para establecer la confianza, el “error” como posibilidad y fuente de creatividad y el atrevimiento e imaginación como fuente también generadora de resultados.  Los asistentes consiguieron aceptar la incertidumbre como oportunidad, cada una desde su proceso personal y sus tiempos.

Los entrenamientos o dinámicas grupales se basaron en juegos y herramientas de creación colectiva teatral, y pusieron en práctica: ir del pensamiento divergente al convergente y viceversa, la escucha activa, la aceptación de otros imaginarios y universos, la autopercepción de censuras y la puesta en común de límites, la narración de historias, el humor, y la implicación del cuerpo y las sensaciones y la percepción para la activación cerebral más completa y global necesaria en procesos creativos e innovadores.

Se equilibraron los tiempos y espacios de trabajo de mesa con dinámicas que implicaban movimiento y uso del espacio, tiempos de reflexión en equipo con tiempos de acción como las puestas en común o grabaciones para las presentaciones,  charlas inspiradoras de personas externas con reflexiones internas, mentorías con momentos de autonomía. Se consiguió así ampliar la forma de percibir, elaborar y hacer junto con las demás. Salir de la rutina mental, individual y grupal, y de las zonas de confort y caminos trillados. Por todo ello, se consiguieron crear seis prototipos a partir de las seis ideas iniciales de las impulsoras.

El 8 de junio tuvo lugar la presentación de estos prototipos. Intentamos huir de las presentaciones tradicionales donde se explica cómo se ha construido el prototipo y qué es lo que hace. Si el taller era una apuesta por salirse de lo ya establecido, propusimos que la presentación en sí misma tuviera un formato creativo. Y, ya que era un taller relacionado con la radio, animamos a los equipos a demostrar el funcionamiento de su prototipo y que lo hicieran de una forma sonora o radial. Esto se trabajó e incentivó en algún momento del taller para que también existiera un criterio unificado respecto a las presentaciones.


> Evaluación de los participantes

El último día del taller se elaboró un diagrama de evaluación para que los asistentes al taller pudieran evaluar «en caliente» diferentes aspectos del taller, tales como la organización y coordinación, las actividades o la labor de mentoría. El objetivo era tener así todas una visión gráfica de qué partes valoraban más, con la posibilidad de añadir comentarios. Esta evaluación se completó con un cuestionario individual a posteriori vía mail en el que las asistentes pueden valorar y aportar comentarios más específicos.